Hace tiempo que fantaseábamos con “hacer un viaje” al Mercado Boliviano de Liniers. Teníamos alguna información, vaga quizá, de su existencia. Algunas notas en medios especializados, comentarios de periodistas gastronómicas, no mucho más. Pero sabíamos, sin dudar un segundo, que nos toparíamos con un rincón de Buenos Aires hiperexótico y cero turístico. El click, por fin, se produjo gracias a Otilia Kusmin, chef y coordinadora de la Red de Cocineros de BA y GBA. Vía mail nos invitaba a un paseo gourmet, el sábado 24 de octubre a las 11 horas. Punto de encuentro, la picantería El Encanto.
Bastaron apenas un par de líneas para convencernos. “Este mercado – decía en su convocatoria- provee a todos los restaurantes de comida latinoamericana de Buenos Aires. Chiles frescos y secos, papas deshidratadas, harina violeta de maíz. Un mundo de porotos, choclos, papines andinos, quínoa, amaranto. Leche evaporada para el delicioso Suspiro de la Limeña y mil cosas más. Frutas tropicales como el maracuyá, chirimoyas, mangos, paltas, piñas, plátanos, papayas. Artesanías e imaginería por todos lados y ofrendas para la Pachamama”.
Descriptivo y contundente, en honor a la verdad, la sola idea de comprar un Ekeko (suerte de dios pagano inspirado en Clark Gable) nos provocaba la misma emoción que revolver en los percheros de sale de HyM.
Descriptivo y contundente, en honor a la verdad, la sola idea de comprar un Ekeko (suerte de dios pagano inspirado en Clark Gable) nos provocaba la misma emoción que revolver en los percheros de sale de HyM.
Del momento que cruzamos la avenida Rivadavia en dirección a José León Suárez al 100, corazón de este efervescente shopping a cielo abierto, lo único que deseábamos era recorrerlo a solas, sin guía, y a nuestro aire. Bolivia en Buenos Aires y sin el estrés de pasaportes, policías y turbulencias aéreas.
El disfrute fue pleno y duró poco más de dos horas. La oferta en cada negocio es abrumadora pero de fácil abordaje: se concentra en sólo dos cuadras. Un negocio pegado al otro, puertas humildes que conducen a tienditas ocultas, y pequeñas galerías iluminadas a media.
RECOMENDACIONES PARA UN MEJOR DISFRUTE DE ESTA AVENTURA PORTEÑA:
- Mejor ir por la mañana, hacia el mediodía se llena y se hace complicado circular.
- Lleve bolsas de compras, si tiene changuito (pieza hot de esta temporada), mejor.No es peligroso pero conviene cuidar cartera y billetera, como en cualquier otra zona de alta concentración de gente.
- Aunque casi todas las proveedurías tienen más o menos la misma oferta y precios en sus productos gourmet, los valores de las artesanías varían. Recorra todos los negocios, pida tarjetas y anote precios. No pague más de $25 por clásicos aguayos en colores fuertes (el mismo lo pueden tener al doble de precio).
- Tentadora es la oferta de vajilla cocida que se venden en los almacenes. Es frágil pero bonita, en tono tierra con un sutil esmalte en la parte de arriba. Hay pequeños bols desde $4, platos hondos por $7 y $8 hasta jarras por $25.
- La bolsita de especias se consigue a $1, mientras que el kilo de maracujá cuesta $17 (30 % más barato que en el Chinatown).
- Si tiene una estética filo kitsch, su rumbo deben ser las tiendas de souvenirs. Hay adorables cuadritos hechos con cd´s reciclados, tules y estampitas religiosas (desde $7).
- Si quiere comprar ekekos, pregunte en cada puesto porque los tienen guardados en un segundo plano. Se consiguen por $17 en tamaño extra large, más baratos que en los mercados turísticos del noroeste argentino.
- Si quiere aprovisionarse de bebidas exóticas, pida Inca Kola (gaseosa de color amarillo más exitosa que la coca), cerveza negra El Inca y ron Matusalén. Anímese a completar el circuito con un rico tentempié típico de la gastronomía boliviana. El preferido de los chefs es El Encanto (Ibarrola 7224), famoso por sus empanadas, tamales, tortas fritas y buñuelos.
un notón!!!!! me encantó y ooooooobvio me agendo el paseo para hacer compras/sacar fotos! jajaja! genial chicas!
ResponderEliminarbesos!
que comieron? y que compraron??
ResponderEliminarEstimadas,
ResponderEliminarLlegué a Uds. hoy mismo, por medio de Lugares. No dudé en buscarlas en la web, para leer más.
Las felicito! Generaron mi admiración profunda e inmediata.
Soy hotelera, y creo que definieron a la perfección algo que es *el* objetivo cotidiano: "enamorar al huésped".
Sigo leyendo, ávida de continuar mi aprendizaje!
Un saludo afectuoso,
Cecilia.
BUeniiiisima nota!! Ya estoy yendo a conocer ee lugar!! Había escuchado pero nunca fuí!!! Sabado es un bue día??
ResponderEliminarBesos Ceci, Congrats!
BUeniiiisima nota!! Ya estoy yendo a conocer ee lugar!! Había escuchado pero nunca fuí!!! Sabado es un bue día??
ResponderEliminarBesos Ceci, Congrats!
el lugar es un shock de urbanidad burda, banal y bizarra...la nota de ustedes suena snob, pero estuve esta tarde y de eso hay poco. Es una feria ordinaria, con especies que tal vez al por mayor sean economicas...pero mil veces elijo Chinatown.
ResponderEliminarNo se asemeja ni un poco al mercado de Estambul, Bankok, Bali, El Cairo (en todos los cuales estuve!!!)..no me refiero a los productos o la estètica, sino al ambiente.
Boli Town es bulgar y espero con todas las fuerzas de mi ànimo porteño que Buenos Aires, quede al margen de convertirse en esto!!!
Hola Sofi,
ResponderEliminarGracias por escribirnos y dejar tu comentario. Tal como decimos en el blog, este es un espacio de subjetividad, para mostrar lo que "nos" gusta. Y realmente nos emociona el lugar, la riqueza de su propuesta, la autenticidad, por eso quisimos compartirlo. Claro que la belleza es un concepto 100% subjetivo y no absolutista.
Nos encanta el ChinaTown tambien y creemos necesario que cada comunidad tenga el espacio para expresar su cultura tal cual es. Esa es la diversidad que hace tan interesante y atractiva a Buenos Aires.
Saludos,
Cecilia y Mariana.